lunes, 31 de mayo de 2010

Jesús García Recio habla en Leonoticias


D. Jesús conversando con Amancio Prada

Jesús García Recio, premio 'Leonés del Año', achaca al "engreimiento" del hombre la crisis de valores en el siglo XX

Fuente: Leonoticias, 29 - V - 2010

Su nombre es Jesús García Recio y es el director del Instituto Bíblico Oriental (IBO). El jurado del premio ‘Leonés del Año’ le ha distinguido con este prestigioso galardón que concede cada año el grupo Radio León, aunque él no lo quiere en su nombre, lo quiere para su institución, que tiene cuatro años de vida, aunque otros 33 más de gestación, y que es un referente a nivel nacional e incluso internacional sobre la Biblia y la cultura oriental antigua, aún por explotar. Un hombre que advierte que el "engreimiento del ser humano" le ha dañado durante todo el siglo XX.

Un hombre sencillo, culto, callado, discreto, tímido, humilde y reservado. Prueba de ello es que no se pudo enterar de que le habían concedido este premio porque en el lugar en el que vive no hay cobertura de móvil y una avería técnica le mantuvo tres días sin señal de telefonía fija. Fui David Álvarez, el empresario impulsor en el apartado económico de la puesta en marcha del IBO quien telefoneó a un conocido suyo, que se desplazó en coche desde Crémenes hasta su residencia para transmitirle la noticia.

Desde que la Reina Doña Sofía visitó el IBO, ubicado en la Colegiata de San Isidoro, la institución ha alcanzado “visibilidad social”, tal y como ha reconocido este sábado, fecha de la entrega del premio ‘Leonés del Año’, el propio Recio. Y todo ello, a pesar de que en la sociedad actual la Biblia y las culturas orientales, cada vez tienen menos empuje. “No nos corresponde”, ha explicado el director del instituto en referencia a las personas que trabajan en su mantenimiento, porque no es su “modo de ser”. “Yo no lo puedo recibir, pero estoy obligado” ha comentado, ya que ha reconocido que su función es la de “sacrificarse por la Biblia y Oriente”, dos conceptos que “merecen más galardones que este”.

Además, es un premio que llega enmarcado en un contexto de crisis económica del que el país y el mundo parece que se resisten a salir. Jesús García Recio ha manifestado una visión muy particular del momento actual que vive el planeta, sumido en una crisis de valores que se generó durante el siglo XX y que, los ciudadanos del siglo XXI son “consecuencia de la gran decadencia, debilidad y flojedad del ser humano” de los cien años anteriores. Así lo ha manifestado un hombre que destaca por su cultura y su conocimiento de la filosofía tradicional oriental y religiosa que, no obstante, se ha descrito como un hombre “con conocimientos ni escasos ni extraordinarios”.

“Yo hablo de lo que puedo meditar subido a lo alto de un monte en mi pueblo, con la Biblia en una mano y los textos orientales en la otra”, ha comentado el erudito quien ha confesado que fruto de esas reflexiones surgen pensamientos que analizan al hombre en un momento especialmente delicado en la Historia de la Humanidad.

El "Superhombre"

Recio ha advertido de que el hombre ha llegado a la conclusión de que “va mal acompañado de Dios” y “deja a la trascendencia de lado” para asumir una fijación por “querer tenerlo todo y disfrutar de todo”. Es decir, los ciudadanos evitan contemplar la posibilidad de algo superior a él, configurando un “superhombre para llegar a nada”, ha lamentado. Recio ha encontrado ejemplos de ello en las artes, como por ejemplo la arquitectura, con la construcción de los rascacielos, que tienen como objetivo que el hombre llegue “lo más alto posible”.

Pero también en otras “manifestaciones artísticas modernas”, como la pintura, con la idea abstracta de hombres desfigurados que los pintores plasman con la conciencia de que “ese es el hombre” o en la literatura, donde se rompen también las reglas ortográficas y las “normas de la lengua” en las manifestaciones literarias más modernas y vanguardistas. O también el cine “en muchos aspectos y tendencias” donde “se señala con el dedo al hombre como culpable y se enfatizan sus aspectos negativos”.

“Hemos perdido de vista al hombre”, ha explicado Recio, quien ha achacado al “engreimiento del ser humano” su propia decadencia, algo que la tradición antigua ya advertía. El “peligro del orgullo”, el hecho de “quererlo todo” es algo que “daña”, según el director del IBO. Una trayectoria del hombre que se ha llevado durante todo el siglo XX, que ha concluido como uno de los periodos más “sangrientos” de la historia, aunque ahora el hombre, que es “consecuencia” de esa situación, tiene en el siglo XXI una oportunidad para “sacar adelante” una situación que “se torció”.

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